martes, 8 de septiembre de 2009

Los jóvenes y la educación

El otro día, como toda España debería saber, un grave altercado en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón se saldó con veinte jóvenes detenidos (siete menores) y diez policías heridos. El incidente ocurrió el primer día de las fiestas patronales de dicha localidad, cuando gran número de jóvenes que participaban en un macro-botellón increparon a la policía arrojándoles todo tipo de objetos (como botellas y piedras). El reducido número de policías que estaban pidió refuerzos, pero fue tarde y la aglomeración de jóvenes en «fiestas» ya se los habían comido. La policía hizo lo que pudo y algun joven si que se llevó algún palo y algún lloro (poco para mi gusto). Ya es habitual ver mobiliario urbano rebentado y mal cuidado por parte de un sector de la población que se hace notar bastante, y no suelen ser casos aislados. Y estas cosas no ocurren en todos países, por eso me ha apetecido escribir un poquito sobre la educación y los jóvenes.

Los jóvenes solemos ser gente con iniciativa, inconformistas, con ganas de cambiar el medio, cada uno con nuestreas ideas. De acuerdo, los jóvenes somos jóvenes y siempre tenemos algo de rebeldía en nuestro cuerpo, en eso estoy de acuerdo. Pero esa rebeldía puede ser o bien, cívica, o mal, exaltada y sin control. Y eso depende de la educación que se le ofrezca al joven, llevada a cabo por dos pilares básicos: la familia y los centros de enseñanza.

El joven se educa en la familia y se moldea en el centro de enseñanza. La familia, como uno de los centros principales del ser humano, debe ser la que enseñe a sus miembros más jóvenes, concediéndoles y enseñándoles los principales valores de la vida, de los cuales uno de los más importantes es la educación. Se les debe enseñar a valorar lo que se tiene, que poseemos educación gratuita y obligatoria, pensiones, atención sanitaria gratuita, etc. Y que eso no son cosas con las que se deba jugar. Si se tiene una plaza gratuita y obligatoria en un centro de enseñanza, que el alumno la respete y la aproveche, y si es un poco «cabezota» y no la aprovecha, lo menos que se le puede exigir desde la familia es que la respete y que a los 16 años (lamentablemente sí, a los 16...) se salga a trabajar o intente cursas uno de los también gratuitos cursos de Formación Profesional. Y ésto dicho es cosa que debe ser apoyada por las familias, el dar ánimos a los hijos para que luchen por su futuro, de una manera honrada. En lo que corresponde a la familia, es el elemento fundamental para la educación, el pilar que la sostiene, suele ser así, exceptuando algún caso aislado.

Un grave problema de la juventud es la falta de disciplina (no me refiero en esto a la disciplina militar), la cual no ha sido, ni es, aplicada en los centros de enseñanza. En los centro de enseñanzas el profesor a perdido su autoridad, de modo que en el aula el que toma el mando de la situación es el alumnado y el profesor es el que debe obedecer órdenes. Es tal la pérdida de autoridad que cualquier alumno puede tutear al profesor bajo la excusa de que le da igual que sea sancionado puesto que es alumno pero no estudiante, y si el alumno decide no ir al despacho del director, no va, se queda sentado en su sitio, y si el profesor lo agarra del brazo para levantarlo... ¡Fallo! Ya puede ser denunciado por el alumno. El caso es que al profesor le toca aguantar de todo. No hace muchos años fui alumno de la ESO, y sé el ambiente que se vive en esas aulas, sé el miedo que padece el profesor, su incapacidad por actuar. El alumno puede agredir moralmente al profesor, y lo que es peor, el alumno se siente superior en todo momento. Como este caso hay en todos centro de enseñanza secundaria obligatoria aquí en España. Poseemos como ya he comentado, educación gratuita y obligatoria, y es tomada por muchos jóvenes a cachondeo, y esas son consas con las que no se juega. Para finalizar hablando de la educación en los centros de enseñanza es de destacar la nefasta ley de educación, la LOE, que me entran ganas de llorar al leerla. La asignatura de educación para la ciudadanía, un auténtico labado de cerebro a la socialista. Y por último eso de empezar la educación secundaria a la temprana edad de los 12 años, cuando aún se es un niño, todo por intentar llevar a España en el camino del «progreso».

Hace cosa de una semana regresé de Finlandia, que fui a visitar a una amiga. Esta amiga me llevó con ella dos días a visitar su instituto (recuerdo que la educación finalndesa es la mejor del mundo). Fui porque ya habían empezado las clases, que las empezaron el día 18 de agosto. El instituto era público, y enorme. Entré con ellas a las clases, y a pesar de no enterarme de nada, salvo en la clase de inglés, si que observé el ambiente que se vive. Allí el alumnado tiene toda libertad que quiere en clase, los alumnos pueden comer, escuchar música con auriculares, beber algún refresco, enviar mensajes con sus teléfonos móviles, subir los pies encima de la silla, llegar a clase a la hora que quieran y salirse de ella a la hora que quiera, etc. Es tal la libertad que me quedé totalmente alucinado. Pero más alucinado me quedé aún al ver como se tomaban esa libertad. Era libertad, no libertinaje. Los alumnos estaban en casi todo momento atentos a las explicaciones del profesor, a pesar de tener su refresco delante, y sólo escuchaba mñusica el que era capaz de concentrarse en las ecplicaciones, si no podía, el mismo se daba cuenta de que no podía y ponía fin a sus auriculares volviéndolos a guardar. En España, es tal la educación, que si dejasen la misma libertad que en las aulas finlandesas, no habría libertad, sino libertinaje. Auténticos guateques en las aulas, y si de cada siete españole que hacen bachillerato, cuatro lo dejan, ya es inpensable lo que podría ocurrir. ¿Y por qué esto? Me lo pregunto porque tanto un finlandés como un español somos sere humanos y tenemos la misma capacidad para ser educados. La respuesta la podemos encontrar en lo poco que se ha fomentado al español en la importancia de la educación, ya sea fuera o dentro de los centros de enseñanza. Y por último en este párrafo: ¿Sabía que el 31% de los estudiantes, uno de cada tres, no graduan en enseñanzas medias? Lamentable, ¿no?

Como anécdota de la edución en mi viaje a Finlandia cabe destacar una asignatura que se dedica a hablar de política. Era una asignatura impartida, según me iban contando, totalmente imparcial, para que el alumno vaya teniendo sus ideas y sepa a quien votar, y vote al partido que de verdad le corresponde (no como ocurre muchas veces aquí en España). Asignatura en la que todo el alumnado está insimismado, atendiendo. En España eso no ocurre, puesto que la política a todo el mundo le importa «un pimiento», pero eso hablando de población joven y de población adulta.

La educación no es algo que venga de serie, a un niño hay que ducarlo en el ámbito familiar y colegial, para que de joven prosiga su enseñanza con más suavidad y sea capaz de distinguir entre el bien y el mal, y difundirlo.



Rubén Mansergas Sánchez

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